sábado, 6 de agosto de 2016

Día 15: Palermo - Trapani. En conserva

El viaje cambia significativamente a partir de hoy, al menos por unos días. Uno de los dos barcos holandeses entre los que amarramos en Palermo, el Tomskii Kastan, va también camino de Cerdeña y de la costa española, así que navegaremos juntos. En conserva.

El Tomskii Kastan es un barcazo. Un Oceanis 473. Quince metros de barco que hacen al Sargantana muy chiquito. Sus dueños son Marcel y Yelena Lensvelt, una pareja muy simpática, él holandés, ella de Kazajstán, que viven a caballo entre Holanda y Nueva Zelanda. No es lo más usual. Marcel trabajaba dirigiendo la explotación de campos petrolíferos y ahora que está semiretirado se dedica a navegar con Yelena y amigos. Dan mucha mucha envidia. De momento están empeñados en llevarse el Tomskii Kastan a Canarias antes de final de septiembre.

En esta etapa llevan otros dos tripulantes: Stan y su hijo Thyjs.

La verdad es que es la primera experiencia de navegación conjunta con completos desconocidos, pero todo se desarrolla muy bien. Marcel cambia su plan inicial de ir a San Vito di Capo a esperar una ventana de buen tiempo para cruzar el canal de Cerdeña. Le convenzo de que es mucho mejor opción ir hasta Trapani, 15 millas más allá. Trapani es una ciudad con un puerto grande, espacio para fondear a resguardo, y, además, está junto a las islas Égadas, que eran uno de mis objetivos de este viaje.

Salimos de Palermo muy pronto, antes de las siete, con sol y poco viento. El camino es monótono,  todo a motor casi hasta San Vito. A partir de ahí se levantan más de 15 nudos por el través que nos hacen llegar a Trapani mucho antes de lo previsto.

 
Tomskii Kastan


Bajo a tierra a hacer compras con la tripulación del Tomskii Kastan. Es sábado por la tarde y está casi todo cerrado. Nos cuesta encontrar un supermercado, por otra parte bastante cutre. Igual que en Cerdeña, nada de hielo.

El parte para mañana no es bueno. Viento fuerte de cara y tormentas en el canal a Cerdeña. Tendremos que hacer un día de standby. A estas alturas de la travesía no está mal para descansar y recuperar fuerzas.

La jornada ha sido divertida. Establecimos el 69 como el canal barco a barco con nuestros improvisados compañeros. Confieso que me veía obligada a consultar la chuleta cada vez que quería llamarles, Tomskii Kastan no es un nombre fácil de memorizar. Mucho más tarde supe que Sargantana tiene demasiadas aes y tampoco es sencillo de recordar para un holandés. Pero después de cinco días compartiendo planes, meteo, guardias, viajes en neumática, provisiones, vino e historias, nuestros respectivos barcos se han hecho un sitio en nuestras vidas y en nuestro Whatsapp. 

La última parte del día hemos aprovechado los portantes para sacarnos fotos y vídeos mutuamente, la tripulación holandesa y nosotros. Nunca antes había visto a Sargantana desde esa perspectiva y resulta curioso. Curioso y un poquito emocionante. Como decía Lena, los barcos son como tus niños: te estarías horas mirando sus fotos.  




El accesso al puerto de Trapani es amplísimo y muy resguardado del viento. Fondeamos pasada la dársena, antes de la entrada a las dos primer as marinas. Marcel, que ha viajado tanto y es tan concienzudo en sus planes, está contento de haberlos cambiado esta vez, escuchando el criterio de Luis. Nos sugiere acercarnos a su barco a tomar unas copas después de cenar, pero nuestro "después de cenar" y el suyo difieren en varias horas, así que nos emplazamos a mañana.

         

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