Despotikó es un islote deshabitado a apenas media milla al suroeste de Antíparos. Entre las dos islas forman una gran bahía muy protegida en la que es fácil fondear, salvo cuando entra el viento o la ola del sureste. Al noroeste las aguas son tan someras que sólo las lanchas de poco calado pueden pasar.
Despotikó es uno de esos fondeaderos míticos entre la comunidad náutica. En 2023 se nos resistió, pero hoy hay viento norte rolando al este que nos hemos divertido ciñendo en largos bordos desde Ios.
Fondeamos entre las dos islas con otra media docena de barcos, 60 metros de cadena y mucha separación. Hay sitio para todos. La bahía es enorme. En temporada llegan por docenas los barcos de alquiler que salen desde Paros en excursiones de día para diafrutar de las cuevas azules de Antíparos, bañarse en la playa de Despotikó y contemplar el atardecer. Pero hoy aparece solo un par de ellos.
En Despotikó no hay nada, salvo un yacimiento arqueológico que empezó a excavarse profesionalmente hace apenas 35 años y en el que se sigue trabajando bajo la dirección del arqueólogo Yannos Kourayos.
Se han descubierto varios edificios y un santuario del s.VI dedicado a Apolo que, según los expertos, podría haber sido más importante que el de Delos. Planean habilitarlo como un museo al aire libre, al estilo de Delos.
Restaurado por el equipo de Kourayos, la imponente silueta de mármol blanco del santuario se perfila sobre la colina de la isla y se distingue en la distancia.
El sitio aún no está abierto al público. Cada mañana el barco del capitán Sargos cruza a los arqueólogos y voluntarios que trabajan en la excavación y los recoge al acabar su jornada. En reciprocidad, a los pasajeros de las excursiones del capitán se les permite visitar los trabajos.
Martes, 30 de septiembre de 2025
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