Translate

Mostrando entradas con la etiqueta La Caletta. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta La Caletta. Mostrar todas las entradas

jueves, 6 de agosto de 2015

Día 13. La Caletta - Arbatax. Sol, calor y calma.

Ya estamos plenamente inmersos en la Cerdeña profunda. Que no es muy distinta a otras costas *profundas" que conocemos, como por ejemplo Garrucha o Mazarrón. Costa con una línea de playa más o menos continua, aunque en este caso enmarcada por una cadena de montañas muy verdes, con edificaciones color piedra totalmente integradas en el paisaje, que le dan un punto de belleza que otras costas no tienen. Los puertos bullangueros más que bulliciosos. En ellos te das cuenta de que siglos de cultura de pueblos mediterráneos hacen que todos resulten familiares y casi conocidos. Tienen más que ver Águilas o Garrucha con La Caletta que con Muros o Gijón.




El día es apacible y relajado. Hay pocos barcos en los alrededores, y el piloto automático lleva al Sargantana por su cuenta, paralelo a la costa. Algo de viento por la mañana que nos permite hacer de 4 a 5 nudos. Viento cero por la tarde que nos obliga a ir a motor, ya viendo el promontorio de Arbatax por la proa. Yo me sumerjo de nuevo en mi novela. Lucía en editar fotos y vídeos para este blog, que llevamos un poco atrasado.

Si teníamos alguna duda sobre fondear o entrar en el puerto, se despeja rápidamente al acercarnos. Una estructura metálica enorme sostiene una especie de panel decorativo con forma de ¿paloma? ¿gaviota? ¿aguilucho? Parece el decorado de un escenario en el que sin duda esta noche tendremos actuación. La estética de la paloma nos anuncia el tipo (y el volumen) de la musica por venir, y eso nos hace salir despavoridos hasta el extremo más alejado de la playa donde es posible fondear. Otros barcos han tenido la misma idea.




Una ensalada con vino para cenar en cubierta, amenizada por un ligero chunda-chunda en la distancia y un swing algo incómodo provocado por el suave mar de fondo y la total ausencia de viento. Y a dormir. Definitivamente se duerme mejor fondeado.





miércoles, 5 de agosto de 2015

Día 12. Porto San Paolo - La Caletta. Me so'mbriacato.

Hoy dejamos atrás definitivamente la Costa Esmeralda. Para ser sincero, con bastante alivio. No se me entienda mal, todo ese entorno natural privilegiado alrededor de Porto Cervo y La Maddalena es una maravilla, hay que visitarlo y disfrutarlo, pero tras unos días uno tiene la sensación de que necesita volver a una cierta tranquilidad. Por una parte, el enjambre de gommoni, motoras, yates y megayates acaba por agobiar en un espacio tan pequeño. Por otra, el entorno tiene un punto estresante por la cantidad de islas, escollos y bajos que uno se encuentra a cada momento. Navegar por aquí es fantástico, pero exige atención absoluta y se echa de menos esa navegación relajada de poner el piloto y verificar sólo de vez en cuando que no hay peligro de colisión.




Antes de zarpar volvemos a tierra con la neumática para visitar el súper y en este caso desayunar en la terraza frente al mar de un café-lounge. Terraza en la que descubro esta canción que me gusta y que viene como anillo al dedo a un desayuno en la Costa Esmeralda. Otro descubrimiento maravilloso de este viaje.



Hoy queremos velear todo lo que sea posible, y de hecho lo hacemos. Nos toca hacer bordos cortos en el paso entre la Isola Molara y el Capo di Coda di Cavallo. Como en un pantano, bordo tras bordo ganamos trabajosamente barlovento. Los yates y veleros (sin velas) que pasan en línea recta deben pensar "Sono pazzi, questi olandese".

Una vez pasado el cabo, el viento en portantes nos lleva en línea recta y sin esfuerzo hacia el sur. Et voilà! Los yates y las gommoni se volatilizan casi por completo, como una niebla al mediodía. Salimos de pijolandia y vamos hacia la Sardegna profunda.

Decidimos recalar en puerto esta noche, sobre todo para repostar agua. Elegimos La Caletta, un puerto cómodo para entrar, de precio razonable y con un marinero eficiente y simpático (uno). Pero a cambio sufrimos los inconvenientes de esta parte de la isla: baños cutres, ínfima presión de agua que no nos deja ni baldear el barco, vecinos de pantalán bastante peñazos, pueblo cutrillo, ruidoso y con cucarachas compartiendo aceras con multitud de turistas. Decidimos que, si es posible, mañana volvemos al fondeo.