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miércoles, 1 de septiembre de 2021

Etapa 22: Marzamemi - Trapani. Go West! (1940)

 
El tiempo cambia, por fin, y desaparecen los vientos oeste que nos han bloqueado durante días. Uno nunca sabe lo que van a durar la ventanas favorables y replanteamos nuestras próximas etapas mirando los partes a corto y a medio plazo. Tenemos al menos cuatro o cinco dias de vientos a favor, o, al menos, no de cara. Un lujo a estas alturas.
 
Decidimos descartar Malta por este año. Son muchas millas hacia el sur y una visita a Malta requeriría al menos cuatro o cinco días extra que no tenemos ya que vemos una buena ventana para saltar a Cerdeña desde Trapani dentro de tres días. Si la dejamos pasar no tenemos garantías de que no se vuelva a complicar. Somos conservadores, claramente estamos ya en “modo regreso”. No hay dudas.
 
Así que, como los Hermanos Marx, y al grito de “Go West”, salimos a todo trapo hacia el oeste. Iremos hasta Trapani sin paradas, prescindiendo de recaladas en sitios como Empedocle o Agrigento. Habrá tiempo el año que viene
 
La costa sur siciliana tiene poca cosa que reseñar. A diferencia de la costa norte, alta, escarpada, verde, enmarcada por la espectacularidad de las Islas Eólicas, la costa sur es como el pariente pobre. Una larga recta como las de una autopista. Playas, muchas playas, que se suceden unas a otras como en nuestro Levante. Mucha edificación. Podríamos estar perfectamente frente a Gandía.
 
 
Encontramos pocos barcos cerca de la costa, pero nos acompaña una procesión de siluetas de cargueros que se recortan en el horizonte, lejos, a más de cinco millas. Es la fila interminable que recorre el Mediterráneo, desde Suez a Gibraltar.  
 
Navegamos a motor y vela siguiendo el veril de los 50 metros. El viento dio para velear un par de horas al principio del día, justo después del cabo, pero no ha durado mucho. Por la noche la línea de costa se convierte en un festival de luces que se sucede sin interrupción. Mucho neón y fuegos artificiales. 

Cabo Passero

 
Y, cómo no, aparecen de vez en cuando los inevitables grupitos de pesqueros (con y sin AIS), como grupos de niños que juegan a policías y ladrones en el patio del colegio. Sus luces se mueven de acá para allá en un caos de cruces que obliga a estar muy pendiente. La guardia se hace todo menos aburrida, esquivando pesqueros mientras escucho podcasts, hasta que Lucía me releva frente a Porto Empedocle.
 
 
Trapani es el punto final de esta etapa. Es una ciudad pequeña en el extremo oeste de Sicilia, frente a la islas Égadas y al norte de Marsala. En la entrada al puerto comercial hay una zona de fondeo amplia y muy protegida de los vientos del norte y oeste. Una parada obligada para los veleros que van y vienen entre Cerdeña y las costas norte y sur de Sicilia.
 
La recalada es rápida, con glamour bastante justito, como una parada en una estación de servicio de autopista: Llegada al puerto. Gasolinera. Amarre. Carrerita en chanclas buscando un cubo donde deshacerme de las bolsas de basura, mientras Lucía, que suele ejercer de ayudante de gasolinero, llena el depósito. Salida del puerto. Fondeo. Cena en cubierta con la puesta de sol. Aperol Spritz. Miradita al parte y, si se tercia, escribir aquí en el blog. Dormir. Over and out
 

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