Después de nuestra rocambolesca salida de Limni hemos sido capaces de tomar una de las boyas de Livaditis con las primeras luces del día, una vez pasada la tormenta.
De vuelta en la boya de Livaditis
La buena noticia es que estamos por fin "más o menos” seguros (sin motor la seguridad no es tanta) y aquí podemos esperar a que Lefteris venga a solucionar los nuevos problemas del motor (todo apunta a combustible sucio o aire en el circuito). La mala noticia es que Lefteris se ha ido de puente con su familia y nos tocará esperarle cuatro largos días.
Aprovechamos el tiempo para seguir poniendo a punto el Sargantana. En un barco el trabajo no se acaba nunca. Yo me ocupo de los winches
Los días pasan agradablemente en la boya. Podemos bañarnos y nadar en las aguas aún calientes, aunque la corriente del canal es bastante fuerte tambien aquí, cerca de la orilla. Y hay alguna medusa...
Una tarde las señoras que solían amarrarse a la boya para pescar la encuentran ocupada por nosotros. Nos piden echar un cabo a Sargantana. Una oportunidad para practicar griego (y lenguaje de gestos) pues la que ha vivido en Canadá tiene el inglés olvidado.
De noche sentimos bullicio en el agua: decenas de peces aguja a la captura de la cena rodean el barco
Finalmente llega Lefteris y confirma el origen de la avería. Cambia filtros, purga el circuito y hace que el motor ronronee otra vez. Nos da una master class de solución de problemas de suciedad del combustible (provocados por bacterias) y nos proporciona un biocida. Listos para zarpar (por enésima vez).
Otra foto de Lefteris hurgando en el motor. Esto empieza a ser habitual…
Cambio del filtro
Vamos hasta Limni para probar el arreglo y echar allí el biocida y el aditivo para el motor. Esta vez sí hay sitio y sí atracamos en el lado bueno del muelle
El plan de este otoño es cruzar el Egeo para visitar las islas de Chios y Lesvos y después volver a Livaditis por el sur del canal de Evia, recorriendo otra vez las Cícladas. Queremos aprovechar para recalar en islas que no llegamos a visitar durante nuestro periplo del año pasado por esa zona.
La primera etapa es muy repetida. El puerto de Oreoi, para abastecer el barco y completar temas pendientes. Recaladas en islas conocidas (Alonissos y Skiros). Y desde allí, saltar el Egeo.
Poco que reseñar en esta etapa. Cuatro días en Oreoi, un puerto que ya nos resulta casi tan cercano como Cartagena, con la agradable compañía (de nuevo) de nuestros amigos del Grand Cru 2 y el Meritxell. Bastantes tormentas y la ciudad ya sin turistas.
Navegación relajada por las Espóradas, con fondeos en Alonissos y en el sur de Skyros. Pocos barcos, ambiente parecido al que tanto nos gusta de la primavera del Egeo. Calas tranquilas, vientos frescos.
El Sargantana deja de darnos problemas. Apenas un enredo de un aparejo de pesca en la hélice. El motor parece fiable otra vez. Ya en septiembre dejamos de sufrir el calor extremo del verano griego. Volvemos a la normalidad.
Despues de explorar el fondeo de Panormos en Skopelos y no convencernos, seguimos hasta el golfo de Vasilikos en Peristera, a donde llegamos con la luz justa para fondear. Somos algunos barcos pero muy espaciados. El atardecer es magnifico.
El siguiente fondeo es en la bahia de Kolimpada en Skyros, al sur del puerto de Linariá en el que estuvimos en junio. Sólo hay un barco en el centro de la cala y nos ubicamos lejos de él, aunque nos cuesta encontrar un parche de arena. Nos bañamos y nos vamos pronto a dormir para madrugar al dia siguiente. El cielo que nos espera es brutal, cuajado estrellas. Leo en mi app que aqui la contaminacion lumínica es tan sólo del 2%
La hélice ha venido haciendo cosas raras en el trayecto … Suena distinto y no se pliega suavemente al apagar el motor. En el fondeo de Skyros Luis la bucea y encuentra la causa: un cabo de pesca con su anzuelo y todo, que afortunadamente no le hace siquiera un rasguño
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