Translate

lunes, 29 de abril de 2024

Episodio 4. Sicilia. The Navy (La Armada)

Lunes 29 de Abril, 1400 horas. Navegamos en rumbo 90 grados este, dirección Sicilia. Hace sol pero el cielo está velado, casi blanco. Aprendí de pequeño que eso anticipa tormentas. De hecho, los partes las anuncian, por toda Cerdeña y en el canal de Sicilia, en menos de veinticuatro horas.

Finalmente hemos decidido salir de Cerdeña a toda prisa, hoy a primera hora. Pero la verdad es que con muchas dudas. No estamos seguros de si es buena idea abandonar un fondeo  como el de Villasimius, confortable y barato, ideal para esperar mejores condiciones. Pero cruzar a Sicilia lo antes posible era el plan cuando decidimos prolongar nuestra etapa anterior desde Carloforte hasta Villasimius. Si no salimos ahora corremos el riesgo de quedar atrapados casi una semana.

El plan de navegación es ir directos hacia Ústica, una pequeña isla a unas treinta millas de Sicilia, al norte de Palermo. Una vez cerca de esa isla esperamos tener cobertura y poder revisar los partes actualizados. Según lo que nos encontremos podremos elegir entre refugiarnos allí mismo, arrumbar directamente hacia las Eólicas o ir a buscar un mejor puerto en Sicilia: Palermo, Cefalú o San Vito lo Capo.

De momento el día está más tranquilo de lo esperado. Tras quitar los dos rizos y la trinqueta con los que nos vimos obligados a salir, nos entregamos a un día de navegación relativamente plácida, sobre todo teniendo en cuenta el mal tiempo que nos pisa los talones. Lucía juega al bridge en su móvil y maldice que esta mañana no le salen las finesses. Yo escribo en mi portátil, porque voy retrasado con el blog (como es habitual) y también maldigo porque no se me ocurre nada. Esto ya se va pareciendo a un verano en el Sargantana.


Paso entre el Capo Carbonara y la Isola dei Cavoli con 20 nudos, trinqueta y dos rizos

La radio VHF sigue con el alboroto típico de las aguas italianas. Siempre nos hemos preguntado por qué son tan diferentes los países (e incluso las regiones) en esto de las radiocomunicaciones marítimas. Por el canal 16 los griegos son callados como muertos, igual que los ingleses. La radio suele estar en silencio, salvo a las horas de los partes. Las aguas cercanas a Argelia y Marruecos son un guirigay ininteligible tanto de día como de noche y nunca estás seguro de si el que habla  te está dando el parte o te está tratando de  vender una alfombra. En España hay de todo. Los partes, además de en castellano, se anuncian en inglés “nivel medio” en la mayoría de las regiones (salvo en Baleares, parece que allí tiene más éxito Vaughan) y suele dar un poco de vergüenza ajena. Y entre parte y parte, pues depende de la región, pero en general en el sur hay bastante festejo (como cabría esperar) y más al norte las cosas son relativamente tranquilas, salvo excepciones.

Y luego tenemos, aparte, pero que muy aparte, a los italianos. En el VHF los italianos no se callan ni cuando están buceando. Se les entiende lo justo (tirando a poco). En Italia los partes son floridos, largos y cantarines, como una ópera de Verdi. Y muy frecuentes, quizá porque cuando acaba uno es casi la hora del siguiente.  Y en los intermedios, la radio es un festejo. De improviso aparece un señor que, antes de las ocho de la mañana, anuncia a voz en grito por el canal 16: “Buongiornoooo, e buona giornattaaaa a tuttiiiiii”. Y todos los navegantes llaman a voz en grito y sin descanso para hablar con “Circomare” y con “Compamare”, que deben ser como nuestras Capitanías y nuestros Salvamento Marítimo. Y los Circomare siguen con sus partes, y cuando se les acaban los partes deciden leer una retahíla interminable de números que ni dios sabe lo que significa y que suena como los niños de San Ildefonso cantando los números del Sorteo de Navidad. Agotador.

Vuelvo de la digresión, me voy por las ramas. Como iba diciendo, son las 1400 y todo es tranquilidad y paz en el Sargantana. La VHF es un murmullo monótono como el de un grupo de señoras rezando el rosario o la retransmisión de un partido de futbol por Radio Nacional de España, y se confunde con el zumbido sordo del motor a 1800 vueltas. 

Pero de repente creo entender algo parecido a “nana nana, nana nana, Sargantana. Over”. Estoy en cubierta. Me levanto de un salto y bajo a la radio. Subo el volumen. Escucho….

Confirmado: un tipo nos está llamando, en un inglés con mucho acento italiano. Claramente en la escuela se puso malo el día que enseñaron a vocalizar. En realidad no estoy seguro de que realmente haya dicho “Sargantana”. Por las mismas podría estar llamando a un barco llamado "Salanter" o "Fantarama" y sonaría igual. 

Pero, por si acaso, cojo el micro y contesto.

- ”This is Sargantana. Over.

El tipo que nos llama suena aliviado, debe llevar ya un rato intentándolo. Parece que le interesa saber adónde vamos.

- “Sargantana, Sargantana, this is control station Mike from the Italian Navy. What is your destination? Over.”

- “Mike, Mike, this is Sargantana. We are heading to the island of Ustica. Over."

- ”Sargantana, Sargantana, this is control station Mike. You are sailing in a dangerous zone. I repeat. You are sailing in a dangerous zone. We are doing real fire exercices in your area. Over."

No puede ser. OTRA VEZ. Me acuerdo instantáneamente de nuestras aventuras y desventuras con la NATO en otra etapa Sicilia-Cerdeña, hace dos años. Afortunadamente hoy es de día, pero si nos dan un cañonazo va a dar un poco igual. 

Como ya me pasó la vez anterior, me quedo sin saber qué decir. Lo cierto es que no recuerdo que en el temario de ninguno de los exámenes de títulos náuticos haya un tema que explique "cómo responderle a un tipo de la Armada Italiana (o por las mismas, de la OTAN) cuando te avisa de que te has metido tú solito en su campo de tiro”. 

Opto por una respuesta ambigua y trato de que la voz no me tiemble demasiado

- “This is Sargantana. Understood. Over."

No me sale más. Espero que sea Mike el que dé el siguiente paso. Vamos, que me doy mus a la espera de que envide a grande.

- “Sargantana, Sargantana, this is control station Mike. You need to change your course immediately to 100 degrees east during 7 miles. I repeat, you need to change your course to 100 degrees east during 7 miles. After that, you can go back to your current course.”

En cristiano: Mike me pide que me aparte hacia la derecha a la voz de ya, o sus compis nos fumigan ipso facto. 

Dicho y hecho, lo que  tú digas, amigo Mike.

- “Control station Mike, control station Mike, this is Sargantana. Changing our course immediately. Over."

Por si los dípteros, nos apartamos unos graditos más y le damos caña al motor, que las carga el diablo y a estos cab##nes se les puede ir un pepino demasiado cerca del borde de la diana. Ya no vuelvo a hablar con Mike (y, la verdad, no lo lamento), pero sí le oímos llamar a otros barcos cercanos con la misma cantinela. Durante una hora buscamos en el horizonte señales de cañonazos, pero no vemos nada significativo. O no le ponen mucho explosivo a los obuses o el amigo Mike se aburría esta mañana y ha decidido asustar un poquito a la flota. A saber…

Volviendo a la etapa, todo va mejor de lo esperado. Vientos flojos que no permiten velear (eso ya lo sabíamos), pero no incómodos. Llegamos a la zona de cobertura de Ústica a mediodía del día siguiente y observamos que el frente de lluvia y tormentas nos está alcanzando. Imposible seguir a las Eólicas o Cefalú, demasiado lejos. 

Hablo con el encargado del puerto de Ústica y me dice que lo lamenta pero, con estas previsiones de temporal y vientos del ESE para esta noche, su puerto (en realidad un minúsculo refugio para los barcos de pesca de la isla) no está muy protegido y no me puede garantizar un refugio seguro

Como única opción ponemos proa al sur, hacia San Vito lo Capo, donde sí nos dan plaza, pero nos advierten de que, fuera de temporada, no tienen servicio de marinería más tarde de las 1930 y nos tendremos que buscar la vida para amarrar por nuestra cuenta. Cuando les pido por correo que me envíen una indicación de dónde está nuestra plaza me mandan una foto genérica de Google de todos los pantalanes... Simpáticos estos chicos...

Formándose la tormenta, rumbo a San Vito lo Capo que se distingue a lo lejos

Llegar a un puerto pequeño, en el que nunca hemos estado, de noche, y tener que amarrar por nuestra cuenta, no es divertido. Más si está empezando a llover, porque parece que llega ya la tormenta anunciada. No va a ser un atraque fácil. Pero esta entrada ya es un poco larga. Seguimos el relato en el próximo episodio.

Etapa Cerdeña - Sicilia, del 29 al 30 de abril

Martes, 30 de abril de 2024



No hay comentarios:

Publicar un comentario