El meltemi sigue empujándonos hacia el sur, y nosotros nos dejamos llevar. Be water my friend, que decía Bruce Lee. Dos años después volvemos a visitar el Dodecaneso, una de las zonas que más nos gustan del Egeo. En esta etapa nuestro destino es Fournoi, un archipiélago de islas por el que pasamos en su día casi de puntillas, sin apenas detenernos.
Fournoi es el archipiélago de los piratas, de hecho su nombre completo es Fournoi Korseon. Un maremagnum de islas e islotes que se mantuvo deshabitado durante siglos y que ahora vive, sobre todo, de la pesca y de un turismo casi incipiente si se compara con el de las grandes islas del Egeo oriental (Samos, Ikaria, Patmos, etc). Casi sin infraestructuras y muy poca agua potable. Un lugar para turistas poco convencionales y que buscan aventuras.
Nuestro plan de navegación es el habitual cuando queremos fondear en un puerto pequeño, en el que no hay muchas garantías de encontrar un amarre libre, sobre todo por la tarde. El truco consiste en tratar de ocupar los huecos que puedan dejar los barcos que salen de travesía a primera hora.
Casi siempre funciona. Buscamos un fondeo cercano en el que pasar al ancla la noche anterior y, al día siguiente, zarpamos a primera hora para llegar al puerto sobre las nueve o diez de la mañana.
Es la estrategia casi obligatoria en los meses de verano, pero que para nuestra sorpresa también tenemos que practicar esta temporada. Parece que más y más gente prefiere navegar en otoño en Grecia, al menos en la zonas famosas (Cícladas, Espóradas).
En esta ocasión hacemos nuestro “fondeo de la víspera” en el extremo oriental de Ikaria, en una cala muy protegida, cerca el aeropuerto. Un lugar solitario junto al faro, con vistas extraordinarias sobre Samos y el archipiélago de Fournoi, perfecto para una noche tranquila.
La estratega funciona pero por los pelos. Al día siguiente encontramos un único lugar libre en la dársena interior del puerto, entre dos veleros turcos que parecen muy cómodos y con pocas ganas de salir a navegar. ¿Suerte? Quizá si, pero nos la hemos buscado.
Nos quedamos tres días en Fournoi. Más que suficientes para recorrer a pie lo más relevante de la isla principal. El pueblo no da para mucho, sólo tiene una calle comercial con tiendas y restaurantes. Quizá pocos alicientes, pero estamos cómodos en este puerto agradable y tranquilo.
De hecho nos cuesta trabajo dejar Fournoi, camino de la isla de Patmos donde necesitamos repostar combustible, pasar por la lavandería y el supermercado y, sobre todo, preparar nuestra travesía hacia las islas del sur que no conocemos, Levitha y Astiphalea.
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