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jueves, 23 de marzo de 2023

Atenas. Más allá del Partenón

En las ciudades que visitamos nos gusta callejear. Y Atenas no iba a ser una excepción. 

El primer día decidimos ir a la Acrópolis, visita obligada. Pero el segundo nos dedicamos literalmente a vagabundear por las calles y los barrios y, si entramos en el Ágora Antigua, es porque nos la tropezamos en nuestro deambular y nos parece que el recinto es un sitio magnífico para pasearlo.


Primera vista que tienes del Partenón cuando accedes al recinto de la Acrópolis por su lado oeste


A la Acrópolis vamos a última hora de la mañana, cuando hay menor afluencia de gente según las guías. Para ser marzo está bastante concurrido. Grupos organizados de diferentes nacionalidades y, lo más divertido, varios "instagrammers” y "youtubers" retransmitiendo la visita con sus equipos fotográficos y sus ayudantes. 

Acceso a la Acrópolis por las escaleras del Propileo


Luis había venido hace unos años y nota el avance en las obras de reconstrucción del Partenón, que fuera literalmente destruido en el siglo XVII, en una de las interminables guerras que ha vivido este país. Los turcos lo usaban como santa bárbara cuando, en un ataque de los venecianos, un proyectil cayó accidentalmente en él, volándolo por los aires. La verdad es que visitar un sitio arqueológico en donde sabes que la mayor parte de las piezas son "de pega" deja un sabor de boca un tanto agridulce. Aun así, disfrutamos la experiencia en esta jornada de primavera loca, en la que hay que ir quitándose y poniéndose ropa alternativamente al pasar del sol a la sombra o al atravesar las zonas azotadas por el viento. 
Fachada oeste del Erecteion, con la Tribuna de las Cariátides mirando hacia el Partenón. Las cariátides son copias de las originales, cinco de ellas expuestas en el museo de la Acrópolis y, oh sorpresa, la sexta en el Museo Británico


Y bajamos de la Acrópolis y, ahora sí, nos perdemos callejeando por las barrios que rodean la colina. Es en este primer recorrido cuando consigo por fin situar mentalmente nuestro hotel Amazon (sí, Amazon), ubicado cerca de Syntagma, en la calle Mitropoleos que corre paralela a Ermou, la calle peatonal famosa por sus tiendas. Y empiezan a encajar en mi cabeza los diferentes barrios del centro de Atenas, las principales calles, iglesias y plazas.

La bulliciosa calle Pandrossou, en Monastiraki, con un aspecto totalmente diferente hoy, fuera de temporada: sin sus característicos toldos y con la mayoría de los comercios cerrados.


La famosa calle Ermou de las tiendas, en el barrio de Plaka, poco concurrida en esta época del año

A mitad de la moderna y comercial calle Ermou se abre inesperadamente una plaza y te tropiezas con la iglesia ortodoxa de Panagia Kapnikarea, una de las más antiguas de Grecia


El viernes amanezco con los labios hinchados. Mi urticaria sigue extendida y molestando, pero no me inhabilita, así que nos echamos a la calle. El recinto del Ágora Antigua está prácticamente vacío, se conoce que los turistas prefieren apelotonarse en la Acrópolis. Disfruto enormemente del paseo, que me recuerda al de hace casi un año por Olimpia. Si aquella era la cuna de los juegos olímpicos, esta lo es de la democracia

Stoa de Attalos, en el Ágora Antigua. Reconstruida en los años 50, en su interior alberga el museo


Un ejemplo de democracia: Kleroterion, en el museo del Ágora. En las ranuras se introducían plaquitas (pinakion) con los nombres de los atenienses. En el tubo a la izquierda se introducían bolitas negras y blancas. Dependiendo de si la bola que salía era de un color u otro, una fila de ciudadanos era o no llamada a formar parte de un jurado. 


Es un parque enorme que parece fuera del tiempo, te olvidas de estar en el centro de una ciudad de 700 mil habitantes. A lo lejos, en lo alto, el imponente templo de Hefesto, uno de los mejor conservados de Grecia, domina el recinto y atrae la vista. Lo dejamos para lo último, como ese trocito de pastel que esperas paladear despacio al final de la comida.

El recinto del ágora con el tempolo de Hefesto al fondo

Templo de Hefesto


El resto del día nos da para recorrer de nuevo con calma los barrios que atisbamos ayer, pasear más despacio por las calles del "flea market", entrar en las tiendas de antigüedades del "rastro" de Atenas y volver a reírnos y hacernos fotos en el mercado central entre las cabezas de cerdo y los entresijos de cordero colgados de ganchos. 

Puestos y tiendas en el mercadillo de antigüedades de la plaza Avissinias


Carnicería en el mercado central de Atenas


Casquería en el mercado central de Atenas


Nos sumergimos en Psiri, una mezcla estrambótica de edificios avejentados plagados de grafiti, y de cafés y tiendas con fachadas adornadas profusamente con flores de plástico multicolor. No es la primera vez que vemos plantas, flores y hasta árboles de plástico adornando las terrazas y tabernas de la ciudad pero, aquí, en Psiri, el famoso café temático Little Kook ha batido todos los records. 

Calle Aristofanos, en Psiri. Como todas en este barrio hippie, llena de pintadas 


Sumergida en el cuento de Alicia creado por Little Kook en el callejón Karaiskaki 


Fachada principal de Little Kook. Toda la decoración cambia en función del cuento elegido, menos el dragón del tejado, que lleva ahí desde el primer día. Está en restauración :(


En una de sus peculiares calles consigo localizar, escondida y sin apenas un letrero que la anuncie, la pequeña cafetería "gluten-free" de la que había leído una reseña. Como recordaba de las gentes de Grecia, la dueña es afable, cercana, simpática, y compartimos curiosidades sobre la vida en el mar. Me doy el capricho de comprar un tiramisú que tomaré luego con un café en una de los centenares de terracitas en las que, al sol, ya se puede estar. 

Cafetería gluten-free Nudie Foodi, en Psiri


Mañana nos vamos temprano. Cenamos pronto y, con una copa en uno de los bares nocturnos de Plaka, nos despedimos de esta ciudad de mezclas, demasiado grande, demasiado caótica, demasiado turística, pero encantadora y subyugante

Vista de Atenas desde la Acrópolis





4 comentarios:

  1. Nosotros hemos estado un sólo día en Atenas, para coger un vuelo al final de una travesía que nos dejó en Lefkada. No recuerdo nada más que la Acrópolis estaba cerrada por huelga de los trabajadores, y que si preguntabas algo al chófer del bus en un mal inglés, te respondía con malas pulgas diciendo que tampoco lo hablaba. 😂

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    1. Merece la pena. Yo había estado de trabajo y con poco tiempo para patear nada, solo Syntagma y cena mirando a la Acrópolis. La ciudad es muy extensa y se tardan siglos en cruzarla, con los atascos. El autobús del aeropuerto me estresó un poco. Pero me gustó la experiencia.

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  2. A mi me encantó Psiri, es el barrio hipster por donde salían los amigos que tenía viviendo allí.

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    1. Está muy chulo. Pero de entrada te echa un poco, con las pintadas y eso.

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