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martes, 21 de marzo de 2023

Cartagena. Comienza el viaje

Hoy viajamos. Hoy empieza la aventura de 2023. Sargantana está en Leros, en el varadero Artemis, al norte de la isla. Lo dejamos allí en julio pasado, cuando terminamos la temporada. Vamos a buscarlo.

Es la primera vez que invernamos el barco en tierra y la primera vez que nos separamos de él durante tanto tiempo. Cuando oyes de otros navegantes que tiene el barco en Grecia no llegas a entender lo que significa, no imaginas el negocio, tan extendido y tan habitual en aquel país, de las marinas secas que guardan centenares (si no miles) de barcos en tierra, en camas de hierro, perfectamente colocados unos junto a otros, como si de un inmenso parking se tratara.

Los barcos han sido diseñados para estar en el agua, no para que su orza y una decena de puntos en el casco soporten sus ocho toneladas. No acabas de estar convencido de que sea una buena idea. Además, en Leros hace mal tiempo en invierno, con mucha lluvia y vientos fuertes de hasta 100 km/h. No dejas de pensar en que puede entrar agua, o en que el viento puede jugar una mala pasada. De hecho, conocemos una pareja que perdió el velero, estrellado contra el suelo en Valencia en una mala tarde de varadero. 

Sea como sea, ya han pasado los casi ocho meses que habíamos planeado en tierra y toca volver a Grecia. Completamos todos los preparativos con antelación y los últimos días se convierten en una espera rara, anticipatoria, con la casa prácticamente desmontada, sintiendo que los lazos que te unen a tu rutina de Cartagena se desvanecen. 

Haremos el trayecto nocturno en autobús hasta la T4 de Barajas, para coger un vuelo a la mañana siguiente a Grecia. Las combinaciones Madrid-Atenas-Leros en esta época del año no son demasiado buenas, así que planeamos tres días de turismo en Atenas. 



El viaje resulta accidentado: me ha brotado una urticaria muy molesta por todo el cuerpo y me he dejado olvidado el iPad en el autobús. La urticaria y la posterior hinchazón de la cara tardará unos días en irse, previo paso por la sala de urgencias de un hospital en Atenas y por la consulta en remoto con una alergóloga de España. El iPad tardará unos días más en llegar: Jesús lo habrá dejado en Correos y yo iré rastreando desde el móvil su periplo, primero en avión hasta Atenas y luego en barco desde el Pireo hasta al puerto de Agia Marina en Leros.


Así que la primera media jornada en Atenas tiene poco que contar y muchas horas perdidas entre el larguísimo trayecto en autobús desde el aeropuerto hasta la plaza Syntagma, el registro en un hotel modernizado pero en los mínimos más absolutos, la búsqueda de un hospital por internet y con la ayuda como intérprete de la recepcionista, el trayecto en metro, el tiempo eterno en el box...


Nos desquitamos del cansancio del largo día con una buena cena al sur de Plaka, con vistas a la Acrópolis. Entre que se nos hace tarde para los horarios griegos y no hay casi clientes y que hace frío en la terraza a pesar de las estufas, el lugar resulta un tanto desangelado. Pero es un restaurante "gluten free" con muy buenas recomendaciones, el camarero habla español, sirven especialidades que nos reconectan con la gastronomía que aprendimos a apreciar el año pasado y tienen cerveza sin gluten. Qué más se puede pedir.




3 comentarios:

  1. Ohhh siento mucho lo de la urticaria, ya estás mejor? Sabes que la origino?

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  2. Soy Patrícia Olaya , no se porque dice que anónimo el comentario jaja

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