Corfú es un sitio especial para el Sargantana. La isla donde amarró al llegar a Grecia por primera vez, hace tres años, en un julio húmedo y caluroso de chicharras y vencejos.
Este año navegamos de nuevo la gran ensenada entre Corfú y el continente, esta vez entrando desde el sur. Perezosamente, con más tiempo libre que urgencias, jugando con el gennaker, evitando el motor, fondeando aquí y allá para un baño rápido.
Buscamos el fondeo de Petriti, uno de nuestros favoritos, una rada amplia y con un extraordinario fondo de arena de 3 a 4 metros, con suficiente sitio para albergar a los barcos que quieran recalar en ella. Es mi cumpleaños y volvemos a cenar en el restaurante Limnopoula, con sus mesas al borde del agua, pescado excelente (aunque algo caro) y una atención exquisita que ya se está convirtiendo en una tradición para Lucía y para mí.

En realidad este año Corfú es para nosotros una puerta de salida y un lugar en el que dejar pasar el tiempo con calma. Pero también una base para reponer suministros de cara a las próximas etapas. Nos falta de todo: comida, agua y gasoil en los depósitos.
Sin embargo, a diferencia de la última vez, preferimos evitar la capital. No tenemos demasiadas ganas de atracar en puertos caros, ni de sumergirnos en las oleadas de turistas de sus calles. Casi sin darnos cuenta, este año hemos ido cambiado progresivamente algunas de nuestras costumbres. Como muchos otros barcos “vagabundos”, nos hemos habituado a la austeridad de fondear cerca de supermercados y gasolineras. Y eso hacemos también esta vez. Encontramos un Lidl relativamente cercano al puerto comercial, con un acceso asequible con la auxiliar.


Recorremos la isla con cierta calma, pero sin abandonar el barco. Fondeamos en la ensenada que da entrada a la marina Gouvia y en la pequeña isla de Ereikoussa, casi un islote, al noroeste de Corfú. A estas alturas estamos ya más pendientes de la evolución de la meteo para los próximos días y de tratar de encontrar las mejores ventanas de viento para el salto a Italia.


Uno de los trasbordadores ultra rápidos, con forma de avión, que hacen el trayecto entre Albania y Grecia

Decimos adiós a Grecia por este 2023. Casi cuatro meses que han pasado como un suspiro, desde los primeros días de primavera, fríos y solitarios, hasta ahora, con gente por todas partes y agua templada que invita al baño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario