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lunes, 24 de julio de 2023

Eólicas y Cerdeña. Otra vez bloqueados

La vuelta a casa de este año no está siendo ni de lejos como preveíamos.

A finales de julio y en la primera quincena de agosto el Mediterráneo suele ser un sitio tranquilo desde un punto de vista meteorológico. Mar en calma y travesías nocturnas agradables en las que disfrutar del espectáculo del cielo estrellado y de las perseidas. El único problema suele ser la falta de viento, las motoradas que hacen monótonas las etapas largas.

Pero este año parece diferente. Al llegar a Italia nos ha atrapado una ola de calor asfixiante y eterna, portada en los periódicos de medio mundo. Incendios forestales a lo largo de la costa de Calabria, en Messina, por toda Sicilia. Temperaturas de casi 45 grados durante el día y más de 30 por la noche. El mar a 31 grados, un sopicaldo. Sudor. Beber agua continuamente y no poder quitarte la sequedad de la garganta.

Salimos de Taormina y abandonamos el Jónico (pero no el calor). Tras cruzar hacia el norte el estrecho de Messina, encontramos vientos duros del NW en las islas Eólicas.

Levantamos el fondeo al romper el alba y salimos de Taormina con el amanecer

El estrecho de Messina a las ocho de la mañana está plagado de barcos a la pesca del pez espada 


No es una buena noticia porque no es fácil fondear en las Eólicas. Son islas volcánicas, muy rocosas y con apenas arena. Tienen pocas calas, casi todas pequeñas y demasiado profundas. Tenemos suerte y encontramos un buen hueco al norte de la isla de Vulcano, en la cala Porto di Ponente, y después una boya de amarre (por un solo día) en la Marina di Vulcanello. Nos unimos a la legión de barcos que buscan refugio cada noche, una versión náutica (y estresante) del juego de las “sillas musicales”.

Vulcano es una isla espectacular, con grandes paredes de roca y un gran volcán en el centro, su máxima atracción turística. No podemos subir a verlo, han prohibido las visitas en horario diurno durante la ola de calor. La combinación  de calor asfixiante, olor a azufre y caminata cuesta arriba debe ser una buena aproximación all reino de Hades que describió Homero. Mejor otro año.

Fondeamos en el Porto di Ponente, al norte de Vulcano, en la parte oeste del istmo de la peninsulita de Vulcanello. Tenemos tiempo para un baño con la puesta de sol

Vista del volcán desde nuestro fondeo en el Porto di Ponente

Al día siguiente se esperan fuertes vientos de poniente, así que movemos el barco a una boya en la Marina di Vulcanello, en el lado este del istmo, frente a la "spiaggia delle Acque Caldi" o "spiaggia delle Fumarole"

Vista del volcán desde la playa. Es de arena negra y su nombre se debe a las fumarolas que se producen en el fondo marino y calientan el agua. En la foto se ve uno de los surtidores cerca de la orilla, a modo de jacuzzi natural

A la entrada del pueblo se encuentran los famosos baños de barro, "I fanghi di Vulcano", una especie de charca en una zona volcánica con un fuerte olor a azufre

Los baños están cerrados y se pueden ver las obras del moderno complejo termal que están construyendo en el sitio :(

En la boya no podemos quedarnos más que una noche, así que el miércoles encontramos un nuevo refugio del viento de poniente en la spiaggia dell'Asino, al sur de la isla


Después de tres días retenidos por el viento NW, se abre por fin una ventana en la previsión. Toque de generala. Salimos a escape hacia Cerdeña, renunciando a las paradas que habíamos previsto en Cefalú, San Vito lo Capo e incluso en las islas Égadas. Hay que recorrer cuanto antes las 360 millas que nos separan de Cerdeña, porque sabemos que la ventana se cerrará en pocos días.

Navegamos por instinto, con un mar de fondo incómodo que va disminuyendo muy poco a poco. Un maratón que se nos hace eterno, más de 60 horas, y que no recordaremos entre los más agradables de los últimos años. 

Mucho motor, intentos poco exitosos de poner velas  y pocos barcos en nuestra derrota. De hecho sólo un compañero de viaje, el Magnificent Beast, un velero holandés de nuestro tamaño que seguimos en el AIS mientras recorre nuestra misma ruta, en paralelo, a unas diez millas por estribor.

Tras la noche fondeados, salimos de la playa del Asino antes de amanecer. Nos esperan tres días y dos noches de travesía hasta Cerdeña

Primera noche de travesía. Hago la tercera guardia, en la que se llegan a ver las últimas estrellas y luego el amanecer

Y aquí estamos, por fin en Cerdeña, fondeados junto a la Marina de Villasimius, una playa amplia y resguardada, una de nuestras favoritas en travesías de otros años. Llegamos casi exhaustos, con poco gasoil, poca agua en los depósitos y la necesidad urgente de pasar por el súper.

Como ya temíamos, el parte actualizado nos confirma que aquí en Cerdeña también quedaremos encerrados unos cuantos días. Se avecina un temporal sobre todo el Mediterráneo occidental, una borrasca otoñal, de nombre Patricia. totalmente inesperada en estas fechas de primeros de agosto que nos traerá un mestrale durísimo.

Imposible cruzar a Baleares. De hecho, nos cuesta avanzar hasta Carloforte. El temporal será duro y preferimos amarrar en Marina Sifredi, el puerto en el que nosotros y muchos otros barcos españoles esperaremos pacientemente, una vez más, a que Eolo tenga a bien moderarse.

Carlos se ha vuelto a Madrid desde el aeropuerto de Cagliari. Una gran ayuda para cruzar Sicilia y traer el Sargantana hasta Cerdeña. Quedan muchas millas todavía, pero ya estamos más cerca de casa.

Por la tarde del tercer día de travesía, tras 60 horas de travesía, doblamos el cabo Carbonara por el paso de la "isola del Cavoli", para ir a fondear frente a la marina de Villasimius

Pasamos una noche fondeados en la playa de Villasimius, en el lado oeste del cabo. A la mañana siguiente volvemos a cruzar el paso de la isla del Cavoli en dirección contraria para fondear en el lado este, en Porto Giunco, y  resguardarnos durante otros tres días del NW que soplará por encima de 20 nudos





Restos de la tormenta y puesta de sol el tercer día en Porto Giunco

Luna llena la noche del tercer día en el fondeo de Porto Giunco

Al cuarto día salimos al amanecer rumbo a Carloforte. Mientras recorremos la costa sur en dirección al cabo Spartivento, entra un chubasco con vientos de proa del NW de más de 30 nudos que nos obligan a fondear en la playa, antes de pasar el cabo, semirresguardados. El chubasco pasa en unas horas y durante la noche se calmará el viento

A la mañana siguiente continuamos nuestra ruta. En la foto, aproximándonos a doblar el cabo Teulada para luego subir al N, rumbo a Carloforte

Amarre en Marina Sifredi, en Carloforte, donde nos quedaremos otras cinco noches esperando que pase el temporal y donde conoceremos a Fernando y sus amigos, unos chicos de La Manga que están haciendo un transporte hasta el Tomás Maestre


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