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viernes, 24 de julio de 2015

Día 0. Valencia. Nos vamos

El Sargantana está al fin completo. O, al menos, lo suficientemente completo para iniciar una travesía seria. La electrónica funciona. El acastillage está ajustado y listo. Las velas, por fin, son las definitivas. El bimini, aunque sea provisional, está instalado. Todo en orden. Vuelves la vista atrás a todas las incidencias, las discusiones, las horas infinitas de instalación y de arreglos. Visto así, en el amarre del pantalán 30, limpio y brillante bajo el sol de la siesta, te parece que, a pesar de todo, ha merecido la pena.


El día cero hace mucho calor. Un calor pegajoso que trae el viento sur de un julio infernal. El último día en Valencia. Porque  el Sargantana nació aquí en Valencia. O, cuando menos, flotó aquí por primera vez, y lo arbolaron, que es cuando un velero mira al mar y al viento y les dice: "¿Veis? Soy un velero... ". Pero el Sargantana ha visto todavía poco mundo. Sólo un puñado de puertos cercanos en salidas de prueba llenas de incidencias y de patochadas, como los ensayos generales apresurados antes de una premiere.

Y la premiere llegará mañana al alba. Muchos días y muchas millas por delante, lejos de la tranquilidad de la costa y del abrigo familiar del Náutico. Como un niño que prepara su cartera y el bocadillo para ese primer día de colegio, lejos de casa, que aterroriza e ilusiona al tiempo.

El parte es sólo relativamente favorable. Fuerza 4 a 5 del Nordeste. Habrá que ceñir, porque la primera recalada prevista es en Sóller. El Mediterraneo le dice: "Vamos, pardillo ¿no dices que eres un velero? Demuéstralo."

Sóller está a un día y unas pocas horas... si el Sargantana es capaz de hacer 5 nudos. Tiene que poder. Eso sií, la última parte, el cruce desde Ibiza por el canal de Mallorca, será duro, con viento de proa y probablemente bastante mar. Barcos más grandes se hundieron o retrocedieron en ese cruce. Si la cosa se tuerce y el mar no se deja, queda la opción de arrumbar a Cabrera. Ya veremos.

El Sargantana se va a descansar pronto. Todo está listo y a son de mar. También ha completado las formalidades de salida del puerto. Sorprendente que una firma en un papel mínimo pueda decir: "Ya está, ya soy mayor para navegar. Adiós para siempre. Gracias por todo".

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