Translate

martes, 28 de julio de 2015

Día 4. Menorca-Cerdeña. Nada de nada.

Hoy saltamos hacia Alghero. Algo más de 200 millas, con suerte podríamos estar alli mañana por la noche. Así que hoy sí, hay que madrugar.

Un pequeño problema solucionado con un sable de la mayor y ya navegamos a un descuartelar en mar plano y a 7 nudos. Pasamos la Isla del Aire como si fuera Finisterre. Nunca hemos navegado más al Este.


Pero poco más allá hay que poner motor. El viento se empeña en venir de frente y ceñir contra la ola nos obligaría a ir hacia Túnez o demasiado al norte. Pongo rumbo directo a Alghero en el piloto y dejo que el Sargantana conduzca por su cuenta.

¿Y después? Después nada de nada. Nada en todo el día. Ni barcos, ni delfines, ni ballenas, ni casi viento. Olas sí, un mar de fondo amainando, olas largas y suaves de metro y medio.

Lucía duerme toda la mañana y yo leo, escribo y dejo la mirada perdida en el horizonte, con el ronroneo del motor siempre presente.

Estamos por fin en medio del mar, lejos del barullo de veleros y megayates que atestan las calas y puertos de Baleares. Solos, pero no tanto. Llevamos un emisor/receptor Delorme de mensajes por satélite, sabemos que podemos conseguir ayuda si la necesitamos y en poco tiempo. Nada que ver con los miles que han cruzado estas aguas durante siglos.

Se pone el sol. Después de cenar me toca la primera guardia. Aprovecho para leer un best seller que me han regalado Javi y Cani. "Soy Pilgrim", de Terry Hayes. Muy recomendable. Durante dos días no tenemos internet, ni whatsapp, ni televisión, ni teléfono. Es como volver a la realidad después de un mal sueño. Volver a vivir viajando despacio. Estar de vacaciones.



No hay comentarios:

Publicar un comentario