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domingo, 24 de julio de 2016

Dia 2: Cartagena - Mallorca (II): Stop-and-go en Es Trenc

Segundo día de travesía, casi siempre mejor que el primero. El cuerpo se ha sacudido la torpeza inicial y se mueve con más agilidad por la cubierta. Por mucho que hayas navegado, el cerebro pierde reflejos y eso te hace cometer más errores el primer día de navegación que ningún otro. Los músculos duelen. Afortunadamente, sólo dura un día

Amanecemos el domingo camino de Formentera, con poco viento y bastante calor. Y el día transcurre tranquilo y sin demasiadas novedades, todo a motor. Muy pocos barcos cercanos. Dedicamos la jornada a terminar de colocar algunos de los mil archiperres que conforman el armamento del Sargantana (que no tiene nada que ver con las armas), y a sestear

Pasamos sin novedad por el sur de la isla, muy cerca de la playa de Migjorn y aprovechamos el breve periodo de cobertura para charlar con el mundo y actualizar nuestro blog. Acabamos con una cena en cubierta, estratégicamente planeada para coincidir con la puesta de sol. Uno de esos momentos...

Y al anochecer el viento cae a cero. El mar está completamente en calma y el Sargantana se desliza suavemente y sin apenas esfuerzo. Hoy me toca la primera guardia y aprovecho para leer "Cuando los diablos bailan sobre las olas", que me ha prestado Satur. Un libro excelente. Cierto, la prosa no es de un escritor profesional, pero el relato tiene toda la fuerza de lo auténtico. Una historia dramática de supervivencia en un temporal en la costa brasileña. Satur me presentó a la autora hace años cuando invernaban en el puerto de Los Nietos. Voy a tratar de comprar un ejemplar y conseguir que me lo firme. Hay libros que uno debe llevar en el barco y releer de vez en cuando en una guardia tranquila.

Pero esta no es una guardia del todo tranquila. Ya estamos en medio de las Baleares y nos cruzamos con muchos barcos pequeños, motoras y veleros, que no llevan AIS ni se ven en la pantalla del radar hasta estar muy cerca. Nota: el AIS debería ser obligatorio si navegas de noche :(

Así que hay que estar muy atento a las luces y al radar y a todo. A las 3 de la mañana ya empiezo a estar demasiado cansado y, afortunadamente, Lucía se despierta y me releva.

Mañana (bueno, dentro de un rato) será otro día. Según el parte, el viento se va retirando hacia el Este en el canal de Cerdeña. No podemos quedarnos en Mallorca si queremos evitar ir a motor todo el viaje. Ya echamos de menos un poco de navegación silenciosa, que para algo hemos traido un gennaker

Cambio.

Normalmente prefiero la segunda guardia. Por el aliciente del alba. El cambio de color del cielo hacia el este, cerca de la amanecida, rompe la monotonía de la navegación aburrida en medio de la negritud. Hoy se me ha hecho largo hasta que el alba. Largo y raro. 

Primero, los cruces. Me advierte Luis antes de irse a dormir que el radar no había detectado algunos barcos. Le ha subido tanto la sensibilidad que no dejo de ver destellos y puntitos de bultos inexistentes. Trasteo con los controles hasta ponerlo a mi gusto. Es verdad. La mayoría de los veleros en esta zona no llevan AIS. Como esa luz verde en mi 15 Br, que se acerca pero demasiado despacio según mi percepción. Proa. 10 Er. "Verde con verde o rojo con su igual, siga el rumbo cada cual"Caigo un poco más a babor para darle respeto. Se vuelve blanca. Es un velero, con el gran génova desplegado, solitario, vacío, apenas empujado por la brisa. Me digo que parece un barco fantasma. Pero sé que no está vacío, y pienso con rabia en su dueño allí abajo y en cómo se indignaría si un pesquero o un salvamar le abordase. Cómo se llenarían páginas y páginas en el foro habitual, de cofrades indignados por la insolencia de los profesionales de la mar, rompiendo lanzas en favor de un patrón que relataría cómo solo había bajado un momento a ver la carta y cuando salió... Son demasiadas historias de los unos contra los otros. Pobres patrones de veleros de recreo, inermes frente a los monstruos mecánicos. Yo esta noche sólo he podido indignarme por encontrar un artefacto flotante desatendido. Cierto que él iba a vela y yo a motor. Hasta es posible que me viera desde su litera en el receptor AIS (que no emisor) y supiera o que yo sí estaba despierta y le evitaría. Corrijo rumbo y pongo proa a Es Trenc. Veo ya la roja destellante de Sa Rápita.

Y esa es la segunda, la percepción. En la negrura de la noche todo es más grande y está más cerca. He de mirar dos veces los instrumentos para cerciorarme de que aún quedan diez millas, casi dos horas. La "mole" de Cap Blanc me sobrecoge, parece que está ahí al lado. Y las lucecitas de los fondeos al frente son nítidas... Todo parece demasiado cercano y yo voy muy rápido... Calma, hay que parar la cabeza y usar la lógica. 

Por fin empieza a romperse el cielo. Las formas de la costa comienzan a alejarse y a cobrar su dimensión real. Todo parece mucho más familiar y manejable. Aún pasa bastante tiempo hasta que aviso a Luis, que ve conmigo amanecer un sol rojo y enorme. Me ayuda a bajar la mayor y se ocupa de las defensas, mientras busco la bocana de Sa Rápita y amarro sin problemas en el muelle de la gasolinera.

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