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jueves, 13 de abril de 2023

Delos. La isla sagrada

No se entiende Grecia sin la mitología. Y en la mitología griega Zeus es un dios que hoy estaría entre rejas. Era hijo de los titanes, que gobernaron el mundo antes de los dioses, y se pasó la vida conquistando, persiguiendo, raptando y embarazando a diosas y no tan diosas, incluidas sus congéneres, las titánidas. 

Una de estas fue Leto, quien quedó embarazada estando Zeus casado con Hera. 

Al enterarse Hera, loca de celos, prohibió a todos los habitantes de la tierra que acogieran a Leto para dar a luz. Leto tenía una hermana la cual, huyendo de Zeus, que la acosaba (!), se había convertido en una diminuta isla flotante llamada Ortigia. Allí se refugió Leto y dio a luz a sus hijos mellizos, Artemisa y Apolo, que se convertirían en dos de los principales dioses del Olimpo. Zeus ancló la isla al fondo del mar con cuatro columnas y cambió el nombre de la isla por Delos, isla de luz, en referencia a Apolo. 

Delos se convirtió inmediatamente en un lugar sagrado y todas las islas se organizaron en círculo a su alrededor para adorarla. Así nacen las Cícladas y así nace el mito de Delos, cuna de dioses, la isla en la que a los mortales les estaba prohibido nacer. 

Delos es el segundo lugar más sagrado para los griegos después del Partenón de Atenas. En Delos no se puede fondear, no se puede desembarcar, no se puede uno bañar en sus aguas, no se puede acampar, no se puede pernoctar, no se puede comprar comida ni bebida, no se puede dejar basura. En Delos sólo se puede llegar en un barco de pasajeros autorizado y sólo se puede visitar el sitio arqueológico, pero sin salirse de los recorridos marcados. 

Delos es patrimonio de la humanidad por la UNESCO desde 1990 y es lo más parecido a un museo al aire libre, el mayor y más impresionante asentamiento greco-romano de Grecia. En una extensión que ocupa una gran parte de la isla puedes pasear y callejear libremente entre restos de templos, de palestras, de ágoras, de cisternas, de viviendas, de mosaicos, de columnas, de un lago sagrado y hasta de un barrio entero a los pies de un teatro, bien conservados en gran parte gracias a que Delos dejó de estar habitada hace más dos mil años. 

Lo que no encontrarás son tumbas, porque si en Delos los dioses prohibieron a los mortales nacer, los gobernantes del siglo V a.C., haciendo caso al Oráculo de Delfos, para purificar el santuario se llevaron todos los enterramientos a la isla vecina de Rineia y prohibieron morirse en Delos (a los enfermos terminales se los llevarían a partir de entonces a Rineia).

Hoy hay en el mundo cuatro sitios donde no está permitido fallecer, por diferentes motivos: una isla en Noruega donde hace tanto frío que los cadáveres no se descomponen, un pueblo de la Toscana italiana con una tasa de natalidad demasiado baja, una isla en Japón que es un santuario y un pueblo de Francia con superpoblación de su cementerio. Pero Delos sigue siendo el primer lugar del mundo en el que se prohibió morir. 



Recreación de la impresionante ciudad de Delos, del artista Francesco Comi (1995)

En el ferry de las 10:00 desde el puerto viejo de Mykonos. Hoy es el único día de nuestra estancia en el que no hace viento

Desembarcamos literalmente los primeros. El barco nos esperará hasta las 13:30. En temporada baja es el único horario. En verano hay uno de estos cada hora, además de  los barcos más pequeños y los charter autorizados

A pesar del par de centenares de visitantes, el recinto es tan grande que podemos estar solos la mayor parte del tiempo. Iniciamos la ruta hacia el norte, cruzando el propileo que da acceso al santuario para llegar a los templos de Apolo y de Artemis

Terraza de los Leones, las esculturas de mármol del siglo VII a.C. que saludan la llegada de cada día. Eran los guardianes del templo de Apolo. Se cree que llegó a haber entre 8 y 19 esculturas, de las que quedan sólo 5 en el museo de Delos (estas de la terraza son réplicas). Son de las esculturas más importantes del mundo antiguo
 
En la isla no hay árboles y en verano es un secarral, pero en esta época del año está plagada de flores silvestres. Luis se acerca a fotografiar a uno de los pocos habitantes de la isla, junto con los gatos

Aquí, el habitante, al que hemos interrumpido en su cortejo nupcial

Restos del asentamiento de la “Liga de los Poseidonistas”, comerciantes, banqueros y hosteleros de Beirut que adoraban a Poseidón y que se establecieron en la isla en el siglo II a.C. como muchos pobladores llegados de sitios tan remotos como Egipto o Siria. Delos llegó a tener 30.000 habitantes en menos de 8 kilómetros cuadrados.

Patio central de la Casa del Lago, una de las más grandes de la ciudad. Las casas no tenían ventanas al exterior, sino al patio interior, para preservar la privacidad y aislar la vivienda de los ruidos de la calle

Subida al monte Kynthos por la impresionante calzada y los escalones que salvan los poco más de 100 metros de desnivel

Vista de la bahía a mitad de camino de la subida al monte Kynthos


Templo de Isis, en el santuario de las deidades egipcias en la base del monte, donde también hay santuarios de otros dioses extranjeros 

Santuario y templo de Hera, también en la base del monte en cuya cima se encuentra el santuario de Zeus y Atenea
 
La cima del monte Kynthos, escenario de la mamarrachada de las piedritas apiladas que parece haberse puesto inexplicablemente de moda en todas partes y que tan dañina es para el medio ambiente. Aquí sí se apelotonan los visitantes

Bajando del monte, encontramos la Casa de los Delfines, una residencia lujosa llamada así por el mosaico en su peristilo 

Casa de las Máscaras. Alrededor del patio se abren cuatro habitaciones que conservan mosaicos elaborados, signo de que era una casa rica

Mosaico en una dependencias de la Casa de las Máscaras. En el centro, al fondo, la figura de Dionisios cabalgando sobre un leopardo.

Arquería de la cisterna frente al teatro

Restos del teatro que tenía cabida para 7000 personas. A partir de aquí entramos en el Barrio del Teatro, una de las zonas residenciales más antiguas de la ciudad. Las casas empezaron construyéndose en la parte baja y poco a poco fueron subiendo hasta rodear literalmente el teatro.;


 Casa de Dionisios con un impresionante mosaico que se conserva en el museo de Delos. El museo está cerrado temporalmente por trabajos de restauración, así que no hemos podido verlo. 

Casa de Cleopatra y Dioscoride, con las estatuas de sus dueños


Vista del barrio del teatro, con el ferry al fondo que nos llevará de regreso a Mykonos



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