Strongli, Despotiko, Antiparos y Paros. Cuatro islas muy cercanas, ordenadas de oeste a este de menor a mayor.
Nos apetece ir a Despotiko a ver el sitio arqueológico que tuvimos que obviar cuando pasamos por estas islas volviendo del oeste, hace diez días. Pero, como siempre, la "meteó" es la que manda. Ir a Despotiko nos llevaría demasiado a poniente y, con el viento que se espera para los próximos días, nos interesa subir rápido al norte, hasta Syros, y refugiarnos allí.
Nos planteamos un fondeo intermedio para acortar en un par de horas la subida a Syros del día siguiente y, a mediodía del martes, ponemos rumbo a Antiparos.
Paros y Antiparos, están muy juntitas y el paso entre ambas tiene cierta fama. Cerca del extremo norte de Antiparos hay que ir atento a la carta controlando la ruta y las profundidades, pero a cambio ofrece un paisaje extraordinario, de costas suaves relativamente cercanas, playas, islotes desperdigados y formaciones rocosas asomando del agua como salidas de ningún sitio.
El fondeadero previsto en el extremo norte de la isla es una maravilla, pero no podemos quedarnos: el viento es justo el contrario al esperado. Decidimos cruzar a la costa de Paros, enfrente, y probar suerte en la pequeña cala de Agia Irini, que vemos marcada en la carta pero no tiene ni una sola crítica en Navily.
Agia Irini resulta muy bonita y un buen tenedero para el ancla. Y aunque el viento cambia de dirección unas mil veces, haciéndonos bornear 360 grados, pasamos una tarde y una noche deliciosas. Estamos completamente solos, salvo por los dos barcos turísticos que hacen allí una pequeña escala de media hora para que sus clientes se arriesguen a un baño en las aguas gélidas. Luis también se baña, a pesar de los 18 grados. Yo prefiero esperar a que llegue el verano…
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